Verduras y frutas de temporada:
Aprovecha la abundante variedad de verduras y frutas de temporada, repletas de vitaminas y minerales. Refréscate con un melón jugoso, fresas dulces, pepinos frescos o tomates aromáticos. Prepare ensaladas ligeras con verduras variadas, hierbas aromáticas y aliños a base de aceite de oliva y zumo de limón. También puedes incorporar fruta a postres, batidos o refrescantes limonadas.
Sopas frías y gazpacho:
Las sopas frías y el gazpacho son la opción ideal para los días calurosos. Prueba una cremosa sopa de brécol, un refrescante gazpacho de tomate y pimiento, o una exótica sopa de mango y coco. Sirve las sopas con picatostes, pan tostado o hierbas aromáticas.
Pescado y marisco a la plancha:
El pescado y el marisco a la plancha son fáciles de digerir y ricos en ácidos grasos omega-3 que benefician nuestra salud. Prueba el salmón con hierbas, las gambas a la plancha con ajo y limón, o el pulpo a la plancha con aceite de oliva y hierbas. Sirva el pescado y el marisco con verduras a la plancha o una salsa ligera.
Pasta ligera y risotto:
La pasta y el risotto no tienen por qué ser pesados y calóricos. Elige opciones integrales y combínalas con verduras ligeras, hierbas y queso bajo en grasa. Por ejemplo, prepara pasta con salsa de tomate y albahaca, risotto con calabacín y parmesano o ensalada de quinoa con verduras asadas y queso feta.
Postres saludables:
Incluso en verano, puedes permitirte postres dulces pero saludables. Prueba el sorbete de fruta, el pudin de chía con fruta y frutos secos o el helado casero de yogur y fruta. No te olvides de la fruta dulce, que es un gran postre en sí misma.